Bienvenid@s a Ésta me la sé, nueva sección en el blog de mitutorpersonal.com
En esta sección os compartiré los conocimientos esenciales que me han acompañado en estos años. Los he aplicado, me han funcionado y son mi brújula en la profesión docente. Espero que también os resulten útiles. Allá vamos:
Leer con voz de Gloria Fuertes:
“La potestad se tiene,
la autoridad se gana.
Con el autoritarismo,
se lía la tangana.”
La patria potestad es el “Conjunto de deberes y derechos que conforme a la ley tienen los padres sobre sus hijos menores no emancipados”. Está contemplada en el Código Civil y también obliga a los hijos a obedecer y respetar a los padres.
Los profesores también tienen potestad para “tomar decisiones rápidas, proporcionadas y eficaces, de acuerdo con las normas de convivencia del centro, que les permitan mantener un ambiente adecuado durante las clases”. Ley 2/2010, de Autoridad del Profesor. CAM.
Es decir, ambas figuras tenemos potestad legal sobre aspectos muy amplios de la vida de nuestros menores.
Otra cosa es la autoridad: la potestad se tiene, la autoridad se gana.
En su tercera acepción del diccionario de la RAE, la autoridad es el “Prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia”. Si os parece, hablemos del reconocimiento de los menores hacia sus familias y profesores:
Los adultos somos modelos de comportamiento para los menores. Ellos observan nuestras acciones y actitudes para entender lo que se considera correcto. Pero también observan nuestras contradicciones.
Por eso, un adulto autoritario o inconsistente puede ser visto como un modelo negativo: seguirá teniendo potestad, pero escasa autoridad.
En cambio, un adulto respetuoso y empático disfrutará de ambas si las sabe administrar.
Paréntesis: Respeto no es “Haz lo que tú desees”, sino más bien “Te considero una persona y respeto tus deseos, pero aún eres inmaduro en algunos aspectos e intentaré ayudarte en todo lo que pueda”.
Sigamos con la autoridad: la autoridad de padres y profesores se basa en la credibilidad y en la honorabilidad. Es decir, solo podremos pensar que tenemos autoridad si resultamos creíbles y honorables a los ojos de nuestros menores. Si pensamos que los “porque lo digo yo”, “y punto”, las amenazas o las manipulaciones son autoridad, estaremos equivocados: es autoritarismo.
Por último, si optamos por un estilo de crianza/educación autoritario, debemos saber algunas cosillas:
- Los menores expuestos a un estilo autoritario pueden desarrollar baja autoestima debido a la constante crítica y falta de reconocimiento positivo.
- El miedo a cometer errores genera autopercepción negativa y sensación de incompetencia.
- La falta de modelos de comunicación asertiva puede llevar a la sumisión o, en contraste, a comportamientos agresivos.
- Existe un riesgo de replicar patrones autoritarios en sus propias relaciones.
- La toma de decisiones autónoma se ve limitada, ya que suelen depender de la aprobación o directrices de figuras de autoridad.
- El miedo al fracaso puede llevar a la evitación de desafíos o a la parálisis ante la toma de decisiones.
- La incapacidad para autorregularse y evaluar consecuencias puede derivar en conductas impulsivas fuera del control adulto.
- Etcétera.
La fina línea entre autoridad y autoritarismo a veces es tentadora, pero estaremos abriendo la puerta a éstas y otras consecuencias indeseadas.
Ya lo decía Dietrich von Hildebrand, filósofo y teólogo católico alemán: La obediencia basada en la confianza es la única dependencia legítima, la única que fundamenta una auténtica autoridad.
Concluyendo: Cada aula y cada familia son un micromundo único e irrepetible; si lo que has leído te ayuda en algo, gracias por compartirlo. Si consideras que no, olvídalo lo antes posible y gracias por leernos.
Nos vemos pronto en este blog, en la newsletter o en las redes sociales de mitutorpersonal.com (Facebook) (Instagram)
